
De pronto quisiera ser como el Calamar que tiene tres corazones así, uno me serviría para sopesar las pérdidas, otro para amar incansablemente y otro para emprender.
Bety sólo tuvo uno y le falló después de sus 60s, pero ese corazón le bastaba para todo, era una luchadora, solo puedo hablar de lo que vi, cuando pasé temporadas en Monterrey con ella y su familia, siempre trabajando para proporcionar a sus ... Continuar leyendo