AGRADECER EN TODO TIEMPO
Si hay algunas palabras de mi tía Josefa de
la Cruz que se me quedaron grabadas entre otras enseñanzas de ella son estas:
“Hay que dar gracias a Dios en todo tiempo, cuando haya y cuando no haya” ,
pues si, cuando faltaba algo café o azúcar u otra cosa ella decía “gracias a
Dios no hay café” u esto o aquello, y nos quedábamos pensando porque dice eso
si falta.
Ahora mayor ya comprendo, que gracia tiene
darle a Dios gracias cuando todo marcha de maravilla y no hay carencias, esta
Navidad quizá en muchas casas el árbol tenia pocos regalos como en la de su
servidora, que en otros años tenia suficiente para poner unos cuantos.
Y fuera de toda teoría vana de que te caerá
la maldición si hablas de carencias, aunque esta sea una realidad y no en pocos
hogares, de todos modos la gente la pasó bien, simplemente por estar sabemos
que la pandemia causó muchas bajas en olas familias y fuera de regalos la gente
hubiera preferido no tener ninguna silla vacía.
Vivimos tiempos difíciles, sin embargo, al
agradecer, abrimos las puertas a un futuro esperanzador a un
2022 mejor de restauración de relaciones y de finanzas, de trabajo y bienestar,
el agradecimiento hace que una se sienta mejor con mucha fe para enfrentar lo
que venga.
Como siempre, el año que esta por llegar
viene con muchos cambios, pero todos son para mejorar, un cambio de casa y la
seguridad de que las puertas de un buen trabajo se abrirán para muchos.
Entre las lecciones que nos enseñó mi tía
Pepa como cariñosamente le decíamos, es que al mal tiempo hay que darle buena
cara, ella agradecía a Dios en silencio cada mañana se levantaba y arreglaba
como si fuera a salir se ponía tacones y medias y luego hacia la rutina diaria
la comida el quehacer para mandarnos a la escuela almorzados y arreglados,
nunca descuidó su imagen, estaba preparada para cuando la visitaran la
encontraran presentable, le encantaban los sacos sastre, que ella cosía, así
como nuestros vestidos.
No recuerdo haberla escuchado quejarse porque
se quedo a cuidarnos cuando mama falleció, y éramos 6 sobrinos y a todos ponía
atención, nos enseño el valor del trabajo, repartía las tareas, tu barres el patio, tu lavas los trastes, tu amasas la
harina para tortillas, y el quehacer de la casa.
Todas esas cosas no se olvidan nunca, se
quedan grabadas para siempre, en Navidad teníamos pino natural, bajo el pino
colocaba algodón simulando nieve, elaboraba unas casas de cartón muy bonitas
que iluminaba con foquitos, el lago era un espejo y ahí colocaba gansos
pequeños de plástico, se daba el tiempo para que la Navidad no pasara
desapercibida aunque hubiera pocos regalos, todas las noches nos emocionaba
escuchar “Campanitas Navideñas” en la
XEBX, éramos felices a nuestra manera con lo que había para jugar.
Por eso ahora que los tiempos están así,
poco difíciles para algunos es cuando afloran todos esos
valores que ella nos inculcó y nos hacen ser fuertes en las adversidades y no
solo eso mantener el ánimo y la sonrisa, aquí no paso nada, todo para adelante
y ya vendrán tiempos mejores, porque la familia aunque en diversos lugares
estamos unidos por el amor, una vez mas agradezco esas enseñanzas y la vida que
hemos tenido.