
Me deben, miles de abrazos y besos que no he vivido,
porque cuando me encuentro con quienes los envían virtualmente me abraza y besa
solamente la indiferencia, me deben también miles de amigos porque solo cuento
con pocos y sinceros afortunadamente son los que siempre están en redes y en
persona, se quiénes son.
Verdad… también me falta, porque cuando veo una madre que
dice que ama y cuida a sus hijos virtualmente
y de repente me encuentro con escenas de la vida real de hijos
abandonados al internet, que han aprendido solos a bañarse, abrocharse sus
agujetas, a cocinar algo para sí mismos, a estudiar solos, es ahí donde me pregunto que hay con esas
frases y fotos en donde aparecen como una familia ejemplar en donde constantemente se brinda atención a sus hijos.
Me deben la salud mental y física de los niños que no salen
a jugar, se encuentran encerrados en sus cuartos presos de notificaciones de
tik tok, haciendo tik tok, observando violencia, sexo y otras cosas peores.
También me quedan a deber la confianza que he perdido al ser
presa tantas veces del engaño en páginas apócrifas cuya única finalidad es
despojar a la gente lo poco que tienen.
Me quedan a deber también cuando me he citado para tener una
convivencia de calidad con amigos que solo atienden sus teléfonos y redes
sociales y poco escuchan lo que una dice, algunos tienen la deferencia de decir
disculpa, espérame y constantemente interrumpen para atender a quien se
encuentra en otro lado, por fortuna eso no pasa con todos.
Va a doler este blog, esta entrada, porque se ha formado una
comunidad virtual que ofrece besos, amor, afecto, solo virtual, que te ofrezcan
cosas objetos por medio de redes sociales es común es una transacción, solo son
ventas, tratos, contratos, pero también el afecto ya está a la venta y se mide
por el número de likes, soy feliz conforme tengo cientos o miles de likes, si
no me dan like o me ignoran soy infeliz.
Para que ver a mi familia, si la tengo virtualmente, todos
los días platico con ellos, esto vuelve innecesario tener un trato personal, con que esté en la
red es suficiente, que se conformen con que les diga diario que los abrazo y
les envío besos, así me quito el cargo de conciencia y pues me ahorro unos
pesos que gastaría si los visito.
Las visitas también son virtuales, solo basta con entrar a
una videollamada y ya estamos ahí en la sala, en la cocina, con la gente,
claro, no hay olores, no hay la cálida sensación de un abrazo, la alegría de la
cercanía, pero así nos acostumbramos a no oler la sopa, solo ver los platillos
por redes sociales, lo que regalamos, compramos, comemos, bebemos, casi estamos
ahí.
Duele pero así es, cala pero así es, no gusta escucharlo
pero es así. Y como dicen por ahí se tenía que decir y se dijo. Las redes nos
acercan y nos alejan.
Observa las redes analízalas, hay un ejercicio excelente de
Nexflix en el documental El dilema de las redes sociales, desvela el verdadero
propósito de estas.