
EL RECUENTO
Llega el momento en la vida de hacer las cuentas, y las mías
arrojan que lo único constante que he vivido es el cambio, de lugar de trabajo,
de residencia, cambios en mi cuerpo, de forma de pensar y sentir, dejar ir sin
añorar, así nomas porque si, porque ya no apetecen muchas cosas como antes,
soltar personas que ya ni te recuerdan, tal como hacer limpieza de contactos de
red social.
Las reuniones se hacen mas pequeñas, no hace falta tanta
gente ni tanto ruido, el sillón es cada vez más cómodo, ahí donde no me sentaba
mas que en minutos e inmediatamente me incorporaba para hacer algo, lo que sea
en afán de estar ocupada.
La prisa se ha ido para dar lugar a la pasiva actividad del
pensamiento, sobre las horas idas, los momentos de felicidad vividos, solo
esos, porque cuando quiere asomarse un recuerdo de esos difíciles, duros,
tristes, no permanece mucho en mi mente, no los dejo.
Esta prisa que ha hecho que el internet se vuelva más rápido
porque así lo exigen los tiempos y la gente que no quiere gastar más minutos en
leer algo, hace que se lo hagan mas digerible, en videos cortos, explicando a
grandes rasgos lo que se quiere decir en 4000 caracteres y ahí vamos todos
atropellados en esa vorágine de comentarios, noticias que en tan solo horas o
minutos son olvidadas por otras mas alarmantes o consideradas importantes y
entre todo eso mucha basura.
¿Hago una pausa, como la he hecho antes, entre trabajo y
trabajo, reflexiono sobre que estamos haciendo con nuestras horas, porque no
dejar algunas sin atiborrarlas de pensamientos y actividades?
De repente pensamos que no tenemos tiempo para perderlo en
la carrera de la vida que parece efímera, y si, es cierto así es, cuando pasan
los años nos damos cuenta que ya se fueron muchos y lo que se logró, se logró
ya no hay vuelta atrás y ni caso tiene voltear hacia atrás no sea que nos
suceda lo que le pasó a la mujer de Lot, algunos amigos y parientes se están despidiendo, así
lentos sin poder contarlos.
Entonces recuerdo aquellas tardes en que nos
especializábamos en perder el tiempo sentadas en los jardines de Rectoría de la
universidad, mi amiga de toda la vida Alma y yo queriendo componer el mundo,
con canciones y risas, observando a cada transeúnte, pensando a que se dedican
y que hacen, ya no observamos, vemos
solamente sin atención, pasamos y no nos percatamos del cambio en los
lugares tiendas ocultas, casas que cambiaron sus fachadas, otras destruidas
para construir edificios, flores, jardines, arboles que han sido tirados para
poner banquetas de asfalto.
Quien me iba a decir en el año 2019 que esta fiesta que
estaba organizando para la familia en diciembre 28, para que nos reuniéramos,
así fueran 150 o 200 era la ultima que pudiera hacerse masivamente, porque con
la pandemia llego el aislamiento la soledad obligada, alguna intuición me
dijera reúne a la familia para convivir aunque sea por unas horas, eso fue
resultado de una reflexión respecto a que porque la familia se reúne solo
cuando alguien parte a mejor vida y no se reúnen en vida y para abrazarse,
platicar y pasarla en armonía.
Seguiré observando mi realidad, la actual, ya con otros
ojos, quizá no ría con frecuencia, pretendo que no, porque como decía mi padre,
la sonrisa abre muchas puertas y pues yo siento que varias me están esperando
todavia, mi carcajada quizá se volvió risa y mi risa sonrisa, tratare de
dibujarla en mi cara para siempre porque yo decido como disfruto cada momento ,
como me siento, y si yo digo que me siento esperanzada y alegre así será,
porque frecuentemente entrego mi día a Dios, así como el quiera y se haga su
voluntad.