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Me puse a sacarle filo a la esperanza, con los pocos lápices
que me quedaban, no tenía aun suficientes argumentos pero si muchas palabras
para decir que la esperanza lo es todo en nuestro mundo donde reina la
inmediatez de las malas noticias y el
gusto por el dinero.
La esperanza es lo único que tienen los desposeídos,
aquellos que no tienen casa, comida y todo lo demás, los que poblan los
márgenes de las ciudades y aun dentro de ellas, los que viajan sin saber a dónde
ir y desconocen donde será su hogar, aquellos que el poder ha desplazado.
Pensé, aunque tuviera millones de palabras como podría
hablar y escribir sobre la esperanza sin
tener sabiduría, como poder hablar de esperanza sin mencionar a Dios? Vivimos
en una época en que el laicismo es un bien valorado.
Y como hablar de Dios si apenas lo estoy conociendo?
Entonces recordé un pasaje bíblico en donde se menciona a la samaritana a la que
Jesucristo le pidió un vaso de agua la agrego aquí tal cual es para no caer en
errores.
Juan 4 RVR 1960, Jesús
y la mujer samaritana
Cuando, pues, el Señor
entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más
discípulos que Juan (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), salió de
Judea, y se fue otra vez a Galilea.
Y le era necesario
pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a
la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob.
Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la
hora sexta.
Vino una mujer de
Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos
habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo
tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque
judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si
conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le
pedirías, y él te daría agua viva.
La mujer le dijo:
Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes
el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este
pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo:
Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere
del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré
será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
La mujer le dijo:
Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Jesús
le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo
marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos
has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Le dijo la mujer:
Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y
vosotros decís que e que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
Jesús le dijo: Mujer,
créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al
Padre.
Vosotros adoráis lo
que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de
los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren.
Dios es Espíritu; y
los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Le dijo la mujer: Sé
que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará
todas las cosas. Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo. En esto vinieron
sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo,
ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?
Entonces la mujer dejó
su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres:
Venid, ved a un hombre
que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? Entonces
salieron de la ciudad, y vinieron a él.
Esa samaritana tuvo el gozo de conocer a Jesucristo en
persona y habló enseguida de sus promesas a los demás, ahora contamos con la
inmediatez del internet y los mensajes de esperanza pueden llegar más rápido
para quien desee escuchar .
Entonces no se necesitan años de estudio y conocimiento para
reconocer que hay un hacedor de todo y con solo invitarlo a beber estará con
nosotros por siempre y será el quien alimente la esperanza y amor en nuestras
vidas.
Como un niño con pasos vacilantes cuando empieza a caminar
así voy hacia él, por eso quise dar esta buena noticia entre tantas tragedias
que ocurren a cada momento en este mundo tan convulsionado he decido seguirle y
caminar con él y dejar la desesperanza.