
Don Beto
Don Beto es el único sobreviviente de una familia numerosa, cuando tomaron esta foto tenía 6 años y le había picado un bicho en el ojo, en la foto es el tercero sentado de derecha a izquierda, ahora cuenta con 84 y recuerda perfectamente que su papa el abuelo Macario, lo enviaba de niño a aprender diferentes oficios para que así pudiera defenderse en la vida fue como estuvo ayudante de un sastre.
Pero el oficio que mas le gustó fue el de tapicería de muebles, y en eso ha trabajado toda su vida, recuerda que ponía a sus hijos a desmantelar y esa tarea les gustaba mucho porque siempre encontraban monedas, entre otras cosas.
Cuenta que durante un tiempo trabajó en una compañía minera de la Región Carbonífera y también tuvo sus aventuras buscando tesoros en las sierras de Durango, con su hermano Nacho, tesoros que nunca encontraron, solo vasijas, huesos, fríos, hambres y sustos.
Don Beto nunca ha dejado de extrañar a su compañera Dora que murió muy joven y le dejó 6 bocas que alimentar y criar, una mujer cariñosa, incansable y bondadosa con la sencillez de haber venido de un rancho, dedicada a sus hijos, padeció una enfermedad que vino minando su salud hasta el final, doloroso para todos.
Con lagrimas en los ojos recuerda esos tiempos duros, de enfermedad, penas y carencias, tuvo que emigrar a los estados unidos para poder mantener a la familia, ahí en la construcción encontró una salida a su crisis, mientras pudo porque también su salud flaqueó.
Por eso no duda en dar un plato de comida a quien se lo solicite, el sabe de necesidades, bien que lo sabe.
Pero el viejo no se dobla y siempre siguió luchando para sacar adelante sus hijos 5 mujeres y un hombre, tres quedaron pequeños, por las noches Don Beto les contaba cuentos que el inventaba para entretenerlos, a veces no sabia como terminarlos y se dormía ante el reclamo de los niños, gustaba de sacar un catre y dormir afuera en el patio cuando hacia calor, ahí les contaba donde estaba su mamá en la estrella mas grande que encontraba, esa era ella.
Al lado de Juan su gran amigo y hermano vivió también muchas experiencias, lo extraño mucho cuando se fue a estados unidos y luego se caso allá y finalmente se quedo a vivir en aquel País, muriendo años después de una penosa enfermedad.
También recuerda con pena que en un tiempo le agarró el vicio, apenas caía un dinerito en sus manos y se iba a la cantina, y ahí venia don Beto dando traspiés esperando el regaño de su hermana Josefa “Peladísimo mira como vienes” decía ella , siempre estuvo a su lado y le crió sus hijos, mujer enérgica y buena, entonces a él unos males le exigieron dejar la botella.
Y la dejó para siempre, ahora como desde hace muchos años su única distracción es leer el periódico todos los días con religiosidad, aunque a veces se queja de la publicidad y la falta de noticias de los periódicos locales, aun así lo compra todos los días y en ocasiones hasta dos veces donde no se acuerda donde lo dejó.
La memoria le esta haciendo una mala jugada, cuando se da cuenta dice, a sus hijos, “mija tengo 84, ya no se ni lo que ando haciendo”, “cuando tengas mi edad vas a comprender”.
Recuerda con cariño a Mama Rosita que en los últimos años quedo ciega a causa de la diabetes, como con cariño sobaba sus pies cuando ella se cansaba y le ayudaba en los quehaceres de la casa, cuando estaba.
De lo que si esta orgulloso, Don Beto es que desde que se levanta a las 6 de la mañana hasta que se hace de noche aun sean las 6 en invierno no deja de hacer tareas limpia el patio y el frente de su casa, mueve cosas de aquí para allá, barre, riega, acomoda, cocina, siembra y de vez en cuando todavía tapiza muebles pequeños cosiendo en su singer antigua.
Dice que si se sienta se “tuye” mejor no lo hace hasta que ya de plano lo vence el cansancio, de la televisión ni hablar, no le llama la atención a menos que sean peleas de box, entonces saca su mecedora al frente de la casa y se sienta nuevamente a leer su periódico, las mismas noticias, de vez en cuando se sorprende con alguna.
Ya ha visto venir nietos y bisnietos los tiene al por mayor, siempre esta presente en fechas y cumpleaños aunque es el primero que cena porque se va a dormir temprano, eso si nunca se desvela.
Platica con los que pasan, cualquier tema es bueno, siempre con un trato amable hacia ellos, aunque no los oiga porque un oído le falla, solo les dice que si, a todo lo que dicen.
Así es Don Beto fuerte como un roble, noble de corazón, incansable “hasta que Dios quiera mija dejarme aquí”, repite con seguridad.