Dicen que hay dos reglas de oro en toda conversación: No hablar de política y tampoco hablar de religión para no caer en controversias en caso de que tu interlocutor no comulgue con tus ideas.
Me había prometido firmemente no hablar de política en este blog, pero lo que leí hoy me sacó de mis casillas.
Uno de mis contactos en la red social, hizo un comentario sobre de que votaran por un partido porque ese partido si regalaba cosas y el contrario no y pensé , de cuando acá como decía mi tía Josefa de la Cruz (Quien por cierto era ferviente seguidora política de uno de los partidos que hoy contienden) de cuando acá te tienen que regalar algo para que votes por uno u otro candidato.
Estoy muy indignada porque la política ya se ve como un negocio redituable para algunos y para otros como una forma de obtener despensas, contratos, dinero, lonches etc…
No estoy diciendo que todos los mexicanos votemos bajo estas condiciones pero una gran mayoría de votantes lo piensa de esta manera, lo dejo a su criterio y me hago esta pregunta ¿Votamos realmente porque nos parecen los proyectos de un candidato? O porque nos regaló y nos prometió x cosa.
La incipiente democracia que empezábamos a disfrutar los mexicanos se ve amenazada por los regalos y la intimidación.
Se reflejó en estas elecciones.