
María valiente y elegante, me parece verla ahora frente a su peinador color hueso, usando sus cremas de noche, para que su piel no muestre los signos de la edad…. Al fin que mas dá, si ya dió a luz diez hijos ya casi todos casados y con familia, ya alimentó, acarició con amor, dio buen ejemplo y consejo a todos.
El comedor que ubicaron en aquella casa grande ella y Raúl su esposo era largo para reunir a todos, las sillas color naranja para diez integrantes, la mesa larga, ahí se daba la convivencia entre tazas de té de hojas de aguacate o de limón, tortillas de harina y ricos platillos, pláticas y risas, lo sé porque siempre nos colábamos para ir a su casa por una vereda que había en el patio, aunque al tío no le gustara mucho sin embargo ella nos recibía siempre con cariño.
Ella también provenía de una familia numerosa, nació en el año 1911 en el mes de Mayo, en Torreón, como se acostumbraba en aquella época las niñas no iban a la escuela tenían institutrices aprendió así aritmética (ahora matemáticas), geometría, dibujo, costura, taquimecanografía, español, lectura y biología, preparación que posteriormente le ayudó a desempeñarse como recepcionista en el consultorio del abuelo Macario que era dentista, en aquel tiempo no había suficientes dentistas por esta región, entonces el abuelo tuvo que abrir consultorios en varios pueblitos.
Mas tarde aprendió a manejar el Ford Lincoln 1928, en aquella época no se acostumbraba que las mujeres manejaran pero ella valientemente se impuso y lo hacía con destreza, ante el asombro de los demás.
Se casó muy joven y aun sin haber convivido suficiente con Raúl ayudante de contador en una Harinera, pues él solo le enviaba cartitas a través de sus hermanos menores cuando asistía toda la familia a Misa, a la plaza o a las tandas como llamaban antes al Teatro, no le permitían tener novio así era antes, la boda se realizó en el año 1932.
Durante la época de la tercera guerra mundial hubo una recesión que obligó a algunas familias a criar animalitos para su propio consumo entonces la familia tenía un gallinero que conservaban como algo muy valioso, una noche se escucharon muy alborotadas las gallinas y ella salió con escopeta de postas en mano y con tan buena puntería hizo que el ladrón soltara su presa, valiente no vacilaba en cuidar lo suyo.
Aun con todo el trabajo que daba cuidar el hogar, desarrolló una habilidad innata para la pintura al óleo y diseño de modas, aprendió también a tocar el piano y enseñó con amor solo a uno de sus hijos a Gerardo, el menor, a mi me gustaba mucho escuchar una pieza llamada “Los changuitos (http://www.youtube.com/watch?v=GGOWytusdsw), parece como si la estuviera oyendo ahora.
También pasó por el dolor de haber perdido un hijo, Luis Rodolfo quién murió muy pequeño.
Cuando su esposo abrió una licorería ella lo apoyó en la administración hizo que el negocio creciera y también las ventas, tenían una bodega de vinos en la parte de atrás del patio de su casa, vinos y licores de todos a pesar de eso sus hijos Jorge, Héctor y Javier, no acostumbraban beber mas de una o dos copas.
La palabra preferida de la tia Marìa era decir fregado, para llamarle la atención a alguno de sus hijos u otra gente.
Norma, la hija mayor que fue la que se casó mas tarde, mas que su hija fue como la luz de sus ojos, fiel, siempre la acompañó en la salud y en la enfermedad y convivió mas tiempo con ella.
Enriqueta, Yerula, Reyna y Bety también recibieron muchas enseñanzas de ella, el amor a sus semejantes sin distingo, la discreción y la inteligencia que siempre quiso que llevaran consigo.
Si algo hay que admirarle es que trataba con igual benevolencia a quienes le ayudaban en los quehaceres del hogar, como a sus parientes, clientes y amigos, por eso cuando la ví un tiempo antes de que falleciera en una casa que no era su casa, en navidad, como pensando un poco triste, -será esta la ultima navidad que pasaré con mis hijos-, no dudé en acercarme a su mecedora y acariciar su mano.
Durante una fiesta de día de muertos felices todos convivíamos vino alguien a avisarnos María la valiente tía, nos había dejado la diabetes la venció, dejó este mundo en brazos de Norma camino al hospital.
Pero en mi mente siempre quedará la imagen de ella siempre elegante, bien vestida y con una mascada en el cuello que me gustaba mucho, porque tenía varias y las combinaba de acuerdo a la ropa, demostraba tal jovialidad que cuando era una joven madre a menudo la confundían y pensaban que era una hermana mas de sus hijas mayores.
Así me gusta recordarla, como si el tiempo no hubiera pasado, siempre sonriendo, alegre, jovial.